tony melendez un gran hombre

jueves, 17 de junio de 2010

Que se vayan todos... de Washington!!!!!


Este slogan, usado en Argentina hace unos años como protesta contra la clase política, parece ser el sentimiento de los votantes americanos en el año electoral.

La última encuesta de Washington Post/ABC refleja que menos de un 30% del electorado votaría por la reelección de su congresista.

El porcentaje más bajo desde 1994, donde se produjo una masiva victoria del partido republicano en las elecciones congresionales. Pero este año, el rechazo se extiende a ambos partidos.

Así parecerían demostrar los últimos resultados en elecciones primarias en varios estados. Como por ejemplo, la derrota de veteranos parlamentarios, como el demócrata Arlen Specter, 6 veces reelecto senador en Pennsylvania, que perdió contra un representante de sólo 4 años en la Cámara; el republicano Robert Bennett, con 18 años en el Senado representando a Utah, o el representante Alan Mollohan de West Virginia, que perdió las primarias luego de 28 años en el Congreso.

O la victoria de Rand Paul, en Kentucky, que se enfrentó a todo el “status-quo” republicano, agrupado tras la candidatura de Trey Grayson, y apoyado por el líder en el Senado Mitch McConnell.

El rechazo a los políticos pareciera ser algo que va mas allá de los partidos, y que no necesariamente será capitalizado por los republicanos en las próximas elecciones.

Un reciente estudio del Pew Research Center, con sede en Washington, muestra el descontento de la población de Estados Unidos con sus dirigentes políticos en general y sus instituciones públicas. Por ejemplo, sólo un 22% dice que confía en el gobierno, una de las más bajas en medio siglo. Y sólo un 25% tiene una opinión favorable del Congreso. Con respecto a las agencias del poder Ejecutivo, también evaluadas por el estudio, un 50% de los entrevistados dicen que gestionan los programas de manera ineficiente, y un 38% que se enfocan en las prioridades incorrectas.

La desconfianza es mayor entre los miembros del partido opositor. Únicamente un 13% de republicanos confían en el gobierno federal. Sin embargo, también hay una disminución en la confianza de los demócratas frente a Washington. Por ejemplo, sólo un 40% tiene una opinión favorable del Congreso, liderado mayoritariamente por su propio partido.

Esta realidad obviamente tendrá impacto en las elecciones congresionales de noviembre. Actualmente, un 53% de los entrevistados por el estudio dicen que el gobierno necesita importantes reformas, comparado con un 37% en los años 90. Esto se da en todas las procedencias ideológicas, un 65% entre republicanos, un 54% de independientes y 41% de demócratas.

Frente a estos altos niveles de desconfianza y rechazo a las instituciones públicas en general, y a los políticos en particular, la reacción de los partidos es confusa. Demócratas y republicanos, por igual, están más bien enfocándose en los extremos de sus partidos, y dejando de lado los moderados e independientes, exigiendo más pureza ideológica entre ambos mandos.

Esta realidad hará más difícil gobernar a partir de noviembre. Como señala el comentarista político Gerald Seib, “hacer que las cosas pasen en Washington es sumamente difícil porque el centro político, el lugar donde se llega a los acuerdos, y donde los resultados prácticos son más importantes que las divisiones ideológicas, es un lugar casi vacío estos días…”
Gabriel Sánchez Zinny es director de Blue Star Strategie

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