tony melendez un gran hombre

miércoles, 23 de junio de 2010

El caos vial bloquea la entrada de ambulancias a hospital Luis Aybar!!!!!!

Choferes ocupan todo el entorno con sus carros y guaguas sin que autoridad alguna aplique la ley

El caos que provocan los choferes de vehículos públicos y privados estacionados en torno a la Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar (Morgan) impide hasta a las ambulancias llegar de manera urgente al parqueo de acceso a la emergencia, pues ni el sonido de las sirenas mueve a los choferes a despejar el área.

Carros, microbuses, minibuses y autobuses estacionados de cualquier forma. Otros movidos a pasos de tortuga, para esperar si pescan algún pasajero y otras manifestaciones convierten los alrededores del Morgan en un pandemónium.

La situación se agrava cada día porque las aceras también han sido convertidas en plazas comerciales en las que se ofertan desde ropa interior, perfumes, un plato de frutas al gusto, tostones con salami o carne, agua, jugos y otra cantidad ilimitada de productos.

La calle Federico Velásquez es la entrada al hospital, que tiene al Este el Instituto Dermatológico Humberto Bogaert Díaz, al Sur, en el frente, la Fundación 20-30 y, al lado, la escuela República de Honduras, la vía más caótica, pues todas las rutas de los barrios de la zona Norte y algunas del Oeste y de Santo Domingo Este y Norte pasan por allí.

Además del caótico infierno de carros y guaguas, los buhoneros se han ido adueñando de carriles y prácticamente de las aceras.

El mal se multiplica. Pero como la vía principal no soporta ya la explosión de vehículos y buhoneros, también han sido tomadas las vías laterales como Albert Thomas, Federico Bermúdez y la 6, donde los choferes estacionan sus vehículos a ambos lados, reduciendo la vía a un carril para los demás vehículos.

Un agente de la Policía Nacional trataba de agilizar el tráfico frente al Morgan, pero era una misión titánica para él, a quien los choferes a que intentaba disuadir con el sonido de su pito no hacían caso, y contibuaban estacionados, tocando bocinas y sus piches vociferando las rutas.

En medio de ese maremagnum, casi a 200 metros, se escuchaba alrededor de las 11:00 el sonido de la sirena de una ambulancia que avisaba su llegada con un paciente en delicado estado de salud.

La pregunta obligada es ¿quién aplica la Ley 241, sobre tránsito?.

Las claves

1. Increíble

Tan mayúsculo es el desorden en el transporte público en los alrededores de la Ciudad Sanitaria que hasta las ambulancias tienen dificultades para entrar a emergencia.

2. Que apliquen la Ley

Vecinos del centro asistencial sugieren a las autoridades municipales y de tránsito que apliquen la ley y que impidan que vehículos del concho persistan en monopolizar el uso de la zona.

3. Los buhoneros

Además de que los choferes de carros y guaguas se adueñan de las calles, los buoneros toman las aceras para la venta desde frutas hasta ropa interior.

Grito de vecinos

Margarita Nolasco, quien vive cerca del Aybar, denunció el desorden que provocan los choferes de carros y minibuses en la zona, tanto con la vociferación de las rutas, como en las peleas en que se involucran por pasajeros, martilleo (transito lento) toque de bocina, sin importar el lugar.

De igual modo, mencionó la contaminación que producen los carros y guaguas destartaladas, las que definió como chatarras, que no deberían estar circulando en las vías públicas, pero menos en los alrededores de un centro de salud como el Aybar.

Sugirió al Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET, el Ministerio de Salud Público, para que hagan cumplir las leyes de transito, de salud, medio ambiente y de espacios públicos.

“Mírelo ahí, esa es la muestra, mátese usted mismo, usted cree que esto tiene comparación” respondió Rafael Durán, quien propuso a las autoridades poner de una vía la Federico Velásquez para paliar la arrabalización en esa calle.

Una mujer vociferó maldiciones cuando se vio obligada a saltar a la calle porque la acera estaba ocupada por los vendedores.

En cambio, una doctora que salía del hospital, pero que no quiso identificarse, mostró su indignación porque los choferes de carros y guagua no respetan siquiera la ambulancia, a pesar del toque de sirena.

“Como es posible que llegue una ambulancia y tenga que esperar que a los choferes se quiten de la puerta para entrar”, gritó.

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